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Miedo de estudiar

“La violencia ha traspasado los muros de nuestras escuelas, espacios que deberían ser sagrados e inviolables. La educación de nuestros hijos no puede estar supeditada al chantaje de mafias”

La educación se encuentra hoy bajo asedio en Lima. La reciente ola de extorsiones a colegios particulares ha desnudado una realidad alarmante: nuestros niños y jóvenes, en lugar de encontrar en las aulas un refugio de aprendizaje y crecimiento, enfrentan el miedo y la incertidumbre.

En distritos como Comas la situación es especialmente crítica. El colegio Alfred Nobel, ubicado en la cuadra 2 del jirón Ramón Castilla, cerró sus puertas tras recibir amenazas de una banda criminal. Este cierre dejó a 200 alumnos sin un lugar donde estudiar. Asimismo, en el mismo distrito, el colegio científico Nikola Tesla sufrió un atentado con explosivos en su frontis, causando daños materiales y sembrando el terror en la comunidad educativa.

Según la Asociación Nacional de Colegios Privados del Perú (Anacopri), más de 450 instituciones educativas han recibido amenazas de extorsión en Lima. Las sumas exigidas por los delincuentes oscilan entre 5,000 y 40,000 soles, poniendo en jaque la continuidad de las clases presenciales y obligando a muchos colegios a considerar el retorno a la educación virtual.

Esta problemática no es aislada. La encuesta “Lima Cómo Vamos” revela que la inseguridad ciudadana es percibida como el principal problema que afecta la calidad de vida en la capital, con más del 80% de menciones. El 84.6% de los limeños y chalacos se mostraron insatisfechos con la seguridad en sus distritos, lo que refleja una profunda crisis de confianza en las autoridades y en la capacidad del Estado para garantizar su protección.

La violencia ha traspasado los muros de nuestras escuelas, espacios que deberían ser sagrados e inviolables. La educación de nuestros hijos no puede estar supeditada al chantaje de mafias que buscan lucrar a costa del miedo. Es imperativo que las autoridades actúen con firmeza y celeridad para desarticular estas redes criminales y devolver la tranquilidad a nuestras comunidades educativas.

¿Cómo se le explica a un hijo que no puede ir al colegio porque lo han extorsionado? No podemos permitir que el miedo se convierta en el compañero de carpeta de nuestros estudiantes. La educación es la herramienta más poderosa para construir una sociedad justa y equitativa. Defendámosla con la convicción de que, al protegerla, estamos salvaguardando el futuro de nuestro país. Hoy es cuando el Gobierno debe demostrar que cuida a sus ciudadanos, pues hasta ahora no lo hace.

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