Política

Política mata Economía

El MEF zarandeado.

“En estos momentos, extraño al Banco Central, porque como ustedes saben, es una institución constitucionalmente autónoma. No hay injerencia política. Trabajar ahí es muy confortante profesionalmente hablando”. La frase pertenece al actual viceministro de Hacienda, Erick Lahura, encargado también del Viceministerio de Economía.

Lahura deja entrever la situación de inestabilidad que atraviesa el MEF debido a los constantes cambios ministeriales, relevos de funcionarios y permanentes injerencias políticas en el sector. Recuerda su paso por el BCR, entidad a la que aún pertenece por carrera, como quien rememora tiempos de rigor profesional y trabajo serio.

Y en efecto, a diferencia de la institución que dirige Julio Velarde, el MEF está siendo zarandeado por la propia presidenta de la República y quién sabe si por sus asesores u otros personajes con intereses que no necesariamente son los del país.

Pérez Reyes es el cuarto ministro en ocupar esta cartera durante la gestión de Dina Boluarte. Su antecesor, José Salardi, duró apenas tres meses y días. Su salida fue la que causó mayor preocupación en el último cambio de gabinete realizado por la mandataria.

De hecho, si algo está sosteniendo al Gobierno, además de sus alianzas non sanctas con las fuerzas dominantes en el Congreso, es que la economía no se ha desmoronado, como la seguridad ciudadana. Lo cual no significa que los desatinos presidenciales, los escándalos de corrupción e inacción –casi complicidad– del Ejecutivo y sectores del Legislativo con las economías ilegales generen un ruido que termina afectando a los agentes económicos.

La verdad es que la inversión privada está logrando resistir el aire político enrarecido que vive el país para sacar adelante sus proyectos, generando empleo, y cumpliendo con pagar los impuestos que otros se encargan de distribuir siguiendo criterios e intereses particulares, como ha sucedido con los recientes cambios en la composición del IGV.

Profesionales competentes como el economista Lahura lo tienen claro: “Hay muchas cosas por mejorar por el bien del país, de la tributación, por lo tanto, el desarrollo del Perú; pero también debemos reconocer que hay muchos obstáculos que como técnicos debemos afrontar. (…) Uno como técnico puede decir ‘a’… pero políticamente uno tiene que enfrentar muchos desafíos”.

Lo último que debería hacer este Gobierno, que bastante tiene con su propia supervivencia, es ahondar su descrédito alterando las estructuras tributarias que hasta el momento han permitido que, mal que bien, la economía siga su curso y no se venga abajo.

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