Se quiere parar el APEC con violencia, diciendo que se lucha » contra la delincuencia»

El pronunciamiento del primer ministro, quien dijo que el paro ha llevado a reflexionar al gobierno y felicitó a los manifestantes por su alto civismo del último intento de paro nacional y se comprometió a convocar a un Consejo de Estado para aprobar medidas contra la criminalidad organizada. Pero de nada ha servido está cordial y sincera postura del gobierno nacional.
La demanda de la defensa de la vida en contra de la inseguridad es una tarea de todos los ciudadanos de bien y no es mostrando los dientes, tirando piedras o agredir a indefensos ciudadanos como vamos a derrotar a la delincuencia, al contrario es hacer el juego a quienes desean que las bandas organizadas y grupos políticos desestabilizen al país.
Necesitamos entendernos y para eso dialogar más y buscar consenso en lo que nos une, es una tarea inmediata que reitero debe liderar el gobierno incluso haciendo escuchar su mensaje a » los sordos».
Los peruanos debemos mirar que hasta los países que desarrollan guerras convencionales –es decir, entre ejércitos regulares– suelen desarrollar treguas para cumplir diversos objetivos, incluso por festividades religiosas, ¿por qué razón los dirigentes de los transportistas y de algunos sectores sociales no pueden establecer una tregua durante los días de la Cumbre Mundial de APEC en Lima?
Si se sigue anunciando un paro de 72 horas durante los días 13, 14 y 15 de noviembre, fechas centrales de la Cumbre APEC; entonces existen dos posibilidades: o los promotores de la protesta pretenden desarrollar un escándalo mundial ante la región más poderosa de la economía mundial, por simple ignorancia de las consecuencias económicas, o estamos ante activistas políticos a los que no les interesan las políticas de Estado y los grandes objetivos económicos y sociales del país. En cualquier caso, el Estado, debe defender con gran energía los intereses nacionales y el estado de derecho.
Vale subrayar que el Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC), fundado en 1989, está conformado por 21 economías de la región Asia-Pacífico que representan el 62% del PBI mundial, más del 50% del comercio mundial y más del 38% de la población del planeta. Está de más insistir en que esta región económica es la más dinámica en el mundo del último medio siglo. Por otro lado, vale señalar que el comercio con los países de la APEC representa alrededor del 65% del comercio del Perú y en el 2022 las exportaciones a esas economías sumaron más de US$ 42,500 millones.
Por todas estas consideraciones, ¿qué peruano de buena voluntad pretendería boicotear la reunión de la APEC en Lima para priorizar una estrategia de adelanto electoral y vacancia presidencial de Dina Boluarte? Semejante reflexión vale para todos los actores públicos de nuestra sociedad: desde los dirigentes de los transportistas, pasando por los políticos, analistas y también los medios de comunicación.
Es indudable que hay mucha irritación por el crecimiento de las extorsiones y es evidente que el Perú experimenta un clima de polarización porque las estrategias del ministerio del interior no han funcionado para que el Estado contenga la ola criminal en el país, que afecta a todos los sectores de la sociedad. En ese sentido es incuestionable que la protesta ciudadana y la irritación social frente al desborde criminal son absolutamente legítimos.
Sin embargo, ¿qué tiene que ver una estrategia de boicot de la Cumbre Mundial de la APEC con la lucha en contra de la ola criminal? Es evidente que nada.
Estamos polarizando el tema innecesariamente los peruanos. Es importante una tregua entre nosotros para garantizar el éxito de la Cumbre Mundial de la APEC en Lima, porque, de una u otra manera, el modelo económico que ha cuadruplicado el PBI, que ha reducido pobreza del 60% de la población a 20% (antes de la pandemia y de la tragedia de Pedro Castillo) y que ha convertido al Perú en una sociedad de ingreso medio está asociado a las economías de los países que integran el Foro Económico Asia-Pacífico.
Tenemos que entender que el crecimiento económico del Perú su desarrollo, la llegada de la inversión y la justicia social están entrelazadas entre sí.
El pais, tiene intereses de Estado, políticas de Estado, que están más allá de las estrategias de una oposición oportunista, más allá de las pequeñas estrategias del caviarismo, izquierdismo tira piedra y la ultradas de los extremos de izquierda y derecha en este momento poner los intereses del Perú por delante es la mejor manera de seguir luchando por una política de Estado que detenga la actual ola criminal en nuestra sociedad y el gobierno nacional requiere liderar el tema de la inseguridad de una vez, es ahora o nunca.