Conoce el origen de la arepa venezolana y su rivalidad con el pan con chicharrón peruano

Más allá de la competencia, este duelo ha puesto en el foco el origen de la arepa, un plato con una historia milenaria que es mucho más que un simple desayuno.
La final del ‘Mundial de Desayunos’ de Ibai Llanos ha enfrentado a dos gigantes de la gastronomía: la arepa reina pepiada venezolana y el pan con chicharrón peruano. Más allá de la competencia, este duelo ha puesto en el foco el origen de la arepa, un plato con una historia milenaria que es mucho más que un simple desayuno.
El viaje de la arepa comienza en los territorios que hoy conocemos como Venezuela y Colombia, mucho antes de la llegada de los europeos. Los pueblos amerindios ya cultivaban el maíz y lo procesaban para crear una torta circular hace más de 2000 años.
Los budares (planchas de barro) y metates (piedras de moler) encontrados en la zona son prueba de esta herencia ancestral.
La palabra «arepa» viene de la voz indígena «erepa», que significaba maíz o pan de maíz para la etnia cumanagota del oriente venezolano.
Cronistas coloniales de esa época relataron cómo las mujeres indígenas, día y noche, preparaban estas tortas para alimentar a la población. Un académico incluso la describió como un «disco solar», un símbolo de vida y sustento.
¿Venezolana o colombiana? La arepa como símbolo nacional
Con el tiempo, la arepa se convirtió en un pilar de la identidad de ambos países, aunque con diferencias clave. En Venezuela, es considerada un plato principal. La invención de la harina de maíz precocida en 1960 simplificó su preparación y popularizó aún más su consumo.
La arepa venezolana es famosa por su versatilidad. Es gruesa y se abre para ser rellena con una infinidad de ingredientes, desde queso y jamón hasta guisos más elaborados como la icónica «reina pepiada» (pollo con aguacate).
Por otro lado, en Colombia la arepa es vista como un acompañamiento esencial. Existen más de 75 variedades regionales que varían en grosor y sabor. A menudo es más delgada y se come sola, con un poco de mantequilla o queso.
Aunque la arepa de cada país tiene su propia personalidad, la esencia del plato sigue siendo la misma. Es un legado cultural que ha trascendido el tiempo, uniendo a los pueblos de la región con la tradición y el sabor del maíz.



