Luis Alberto Chávez, conductor de una combi de la empresa 505, fue acribillado a balazos mientras realizaba su ruta habitual de Ceres (Ate) hacia Santa Anita. El ataque ocurrió cerca del óvalo de Santa Anita, cuando el vehículo se detuvo en un semáforo en rojo. Aunque Chávez estaba acompañado por su pareja, su hija de seis años y pasajeros, ninguno de ellos resultó herido.
Las primeras investigaciones indican que el homicidio estaría vinculado al cobro de cupos por una organización criminal identificada como D. E. S. A. Esta banda exige a los conductores de la línea 505 pagos de S/100 por inscripción y S/10 diarios, bajo amenazas de represalias si no cumplen.
Incluso después del ataque, los delincuentes difundieron fotografías del asesinato como advertencia para los demás conductores. Además, en mensajes de texto y grupos de WhatsApp, la banda compartía amenazas de muerte, videos intimidantes y sus cuentas bancarias para facilitar las extorsiones de manera digital.
La Policía Nacional acordonó la zona del crimen e inició investigaciones para identificar y capturar a los responsables de este brutal asesinato. El caso pone en evidencia el peligro al que están expuestos los transportistas frente a bandas criminales que operan con total impunidad en la ciudad.
Mientras tanto, los conductores de la empresa 505 temen por su seguridad, exigiendo acciones inmediatas de las autoridades para frenar esta ola de violencia y extorsión.
