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Walter Lozano sobre la minería ilegal y el narcotráfico: «Debemos estar atentos a los candidatos que vengan de estas canteras”

El coronel de la PNP en retiro analiza la convergencia entre la estas dos economías criminales que se están expandiendo a lo largo del país.

Con gran preocupación podemos decir que la minería ilegal viene avanzando en su expansión, a tal punto que están ocupando espacios y conviviendo con el narcotráfico, en zonas como el Valle del Huallaga, principal bastión del terrorista ‘Artemio’, el cabecilla de Sendero Luminoso en esta zona, que subsistía en contubernio con el narcotráfico, por ese entonces principal economía ilegal de la población.

Lo peligroso de esto es que la minería ilegal, a diferencia del narcotráfico, viene sustentando su existencia y vigencia abiertamente con el argumento de ser mineros artesanales, ancestrales o en proceso de formalización. Logran tener representantes en la política como autoridades locales y regionales, pero principalmente en el Congreso, con cuotas en los partidos políticos a cambio de financiamiento, como en su momento lo hicieron los “campesinos cocaleros” a través de sus gremios, que no eran otra cosa que organismos de fachada de Sendero Luminoso, pero que hoy en día hasta han desaparecido por el auge de la minería ilegal en zonas focalizadas como el Huallaga y el VRAEM.

Desde ya tenemos que preocuparnos por la expansión de esta economía ilegal. Sabemos que trae consigo no solo la convivencia con criminales como sicarios que antes eran solo “miembros de seguridad” del narcotráfico, y que ahora fungen de seguridad de las organizaciones que se dedican a la minería ilegal durante el desarrollo de sus actividades, desde la producción, traslado, y puesta en el destino final, al igual que la droga; sino que también trae consigo la existencia de mafias de otros delitos graves como la trata de personas, tráfico de insumos químicos, tala ilegal, entre otros delitos conexos como la corrupción y lavado de activos.

Ahora que se avecinan las próximas elecciones, debemos estar atentos de quienes serán los candidatos que soterradamente provendrán de estas “canteras” —tanto de la minería ilegal como de los narcotraficantes— porque las ganancias que se obtienen del tráfico ilícito de drogas en estas nuevas zonas de existencia de la minería ilegal como el valle del Huallaga, se están invirtiendo en esta actividad que en su fase final, les permite concretar el lavado de los activos obtenidos de estas economías ilegales. Lo que demuestra que en el Perú vamos camino a que la minería ilegal sea, en corto tiempo, una de las principales economías, por no decir la principal, y que va a influir demasiado en la vida económica y política de nuestro país.

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