Bad Bunny es demandado por el dueño de ‘La Casita’, un anciano de 80 años

Román Carrasco reclama 6 millones de dólares por el presunto uso indebido de su propiedad en espectáculos y productos comerciales del artista.
Bad Bunny enfrenta una demanda en Puerto Rico interpuesta por Román Carrasco Delgado, un vecino de 84 años del barrio Río Abajo, en Humacao, quien asegura que el cantante utilizó su propiedad —conocida como ‘La Casita’— más allá de lo que él había autorizado.
Carrasco sostiene que permitió el uso de la vivienda únicamente para la grabación de un cortometraje vinculado al álbum Debí Tirar Más Fotos (enero de 2025), pero que el equipo del artista habría tomado registros detallados del inmueble para reproducirlo en los conciertos de la residencia artística No Me Quiero Ir de Aquí, realizada en el Coliseo de Puerto Rico entre noviembre de 2024 y septiembre de 2025.
El origen del conflicto
Según la demanda, el dueño de ‘La Casita’ recibió pagos que suman 5,200 dólares, pero afirma que el acuerdo solo contemplaba la grabación audiovisual y no su réplica en escenarios, materiales promocionales ni artículos comerciales.
‘La Casita’ fue el elemento central de los 30 conciertos que Bad Bunny ofreció en San Juan y que reunieron a más de 2.5 millones de espectadores, además de celebridades como LeBron James, Ricky Martin, Penélope Cruz, Javier Bardem, Residente y Becky G.
Carrasco denuncia “enriquecimiento indebido” y afectaciones a su privacidad, pues su vivienda se ha convertido en parada de turistas y curiosos que la fotografían constantemente. También asegura haber firmado un documento digital sin comprender sus alcances, ya que no sabe leer ni escribir.
El puertorriqueño exige una compensación de 5 millones de dólares por uso indebido de su propiedad y 1 millón por daños emocionales. La demanda, presentada por su abogado, se encuentra en curso y ya circula en medios judiciales locales.
Pese al reclamo económico, el hombre aclaró que no busca perjudicar al artista de 31 años, sino obtener una retribución justa por el uso prolongado y masivo de su casa como parte de la imagen de Bad Bunny.