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Turista argentina cumple 53 años varada en Ollantaytambo: “Por favor, déjenme conocer Machu Picchu, es mi sueño”

Nancy Viganoni viajó junto a 38 compatriotas desde la provincia Entre Ríos para cumplir el anhelo de su vida, pero el paro indefinido mantiene bloqueada la vía férrea y la dejó a las puertas de la maravilla.

En medio del caos por la suspensión de trenes hacia Machu Picchu debido al paro indefinido, una escena de humanidad conmovió a decenas de visitantes varados en Ollantaytambo.

Nancy Viganoni, una argentina de 53 años que llegó con un grupo de 38 compatriotas desde Entre Ríos, suplicó que le permitan cumplir el sueño de su vida como regalo de cumpleaños: conocer Machu Picchu.

“Por favor, abran nuestro sueño. Kilómetros y kilómetros viajando para conocer Machu Picchu y no nos dejan ir. Mi regalo es conocer Machu Picchu, es mi sueño. Venimos de la Argentina, hace días y días estamos viajando para poder llegar. Tuvimos que trabajar años para cumplir este sueño y ahora, por cosas políticas, no nos dejan entrar. Es mi sueño desde los cinco años, vine por primera vez con un grupo de amigos y somos 38 personas que queremos cumplirlo. Por favor, somos hermanos, prioricen a toda esta gente que viene esperando hace horas», suplicó entre aplausos y gritos.

OTROS TURISTAS EXTRANJEROS VARADOS

Entre los varados también se encontraban las ciudadanas brasileñas Raquel y Leticia, quienes no ocultaron su tristeza al narrar su experiencia. “Estamos aquí desde las cinco de la mañana esperando, pero no hay tren. Es muy triste, gastamos todas nuestras economías para conocer Machu Picchu. Por favor, gobierno, haga alguna cosa”, expresaron con frustración a Nueva TV Nacional.

Las jóvenes explicaron que planearon este viaje durante más de cinco años y que para ellas representaba un sueño de toda la vida. “Tengo 30 años, es mucho tiempo esperando. Hoy es nuestro tercer día en Cusco y no podemos llegar a Machu Picchu. Es la única oportunidad y estamos a kilómetros de la maravilla, pero no podemos verla”, lamentó una de ellas.

Su testimonio se suma al de decenas de turistas extranjeros que, con maletas en mano y la ilusión rota, permanecen en la estación de Ollantaytambo aguardando una solución. La indignación y el cansancio crecen con las horas, mientras la vía férrea permanece bloqueada y el acceso a la ciudadela sigue siendo un sueño postergado.

Las pérdidas económicas, la incertidumbre y la indignación crecen entre los viajeros que llegaron hasta las puertas de la maravilla y se encontraron con un acceso cerrado. Para muchos, como Nancy, Machu Picchu no es solo un destino turístico, sino el sueño de toda una vida.

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