En los meses previos había enfrentado problemas de salud, incluyendo una neumonía bilateral y una insuficiencia respiratoria.
El Papa Francisco falleció el 21 de abril a las 7:35 a.m. en su residencia de Santa Marta. En sus últimas horas, el pontífice había participado en la bendición «Urbi et Orbi» el Domingo de Pascua y realizó un recorrido en el papamóvil por la Plaza de San Pedro, donde saludó a los fieles.
Antes de hacerlo, preguntó a su enfermero personal, Massimiliano Strappeti, si podría realizar el paseo, y tras recibir su apoyo, lo realizó con entusiasmo. Después de descansar por la tarde y cenar tranquilamente, los primeros síntomas de malestar aparecieron alrededor de las 5:30 a.m. del lunes.
Más de una hora después, tuvo un derrame cerebral, que derivó en un coma y un colapso cardiovascular irreversible.
Según quienes estuvieron a su lado, su última frase conocida fue un agradecimiento a su enfermero: «Gracias por traerme de vuelta a la Plaza (de San Pedro)».
En los meses previos, había enfrentado problemas de salud, incluyendo una neumonía bilateral y una insuficiencia respiratoria.
Su última aparición pública fue el Domingo de Pascua, cuando impartió la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Basílica de San Pedro.
